También es conocida como ultrasonografía o ecosonografía y
consiste en una técnica no invasiva que permite, a través de ondas de
ultrasonido, ver imágenes de órganos y estructuras dentro del cuerpo, y en el
caso de las embarazadas, examinar el feto dentro del útero materno.
En una prueba que comenzó a utilizarse en la década de los
’70, experimentando un gran avance hasta el día de hoy. Las imágenes de
obtienen mediante un transductor que envía las ondas sonoras y un gel que sirve
como trasmisor.
La ecografía en el embarazo es utilizada principalmente para
estudiar el crecimiento y bienestar del bebé dentro del útero. Permite, entre
otras cosas, detectar malformaciones, evaluar el desarrollo anatómico del feto,
su crecimiento, su posición, calcular su edad gestacional, oír sus latidos,
observar el estado de la placenta, del líquido amniótico, estimar el peso del
bebé y detectar anomalías o patologías del embarazo.
La ecografía 2D o bidimensional es la más extendida, pero en
los últimos años hemos conocido también la ecografía 3D que nos ofrece imágenes
tridimensionales con aspecto de volumen y la llamada 4D, que además se le añade
el complemento de ver al bebé en movimiento en tiempo real.
En un futuro puede que sea común hacernos las ecografías en
casa, por ejemplo a través del móvil, pero aún así serán necesarias las
ecografías hechas por un especialista capaz de darnos un diagnóstico de cómo
crece nuestro bebé.
Es una técnica sencilla, inocua e indolora. No implica una
radiación ni exposición, por lo que es una práctica segura tanto para la
embarazada como para el bebé. No se han demostrado efectos adversos ni para el
bebé ni para la madre, aunque se recomienda no abusar de su uso y realizar
solamente las que el médico considere necesarias.
Se suelen realizar tres ecografías de rutina a lo largo del
embarazo. Una en cada trimestre. En ocasiones ambién se realiza una en las
primeras semanas de gestación, que suele ser vaginal, para confirmar el
embarazo. Hasta aproximadamente la 8va semana se realizan de esta forma para
tener un diagnóstico precoz del feto y poder registrar sus latidos.
Las otras tres son abdominales. Es posible que si llevas tu
embarazo por la medicina privada te realicen una ecografía en cada control
mensual para observar como se va desarrollando el embarazo.
La primera ecografía
Para algunas, la primera ecografía será la de la
confirmación del embarazo en las primeras semanas de gestación. Se mide el
tamaño del feto, se observa la cantidad de embriones y el sitio de implantación
del embrión para descartar un posible embarazo ectópico.
Sino, la primera seguramente se realizará en la semana 12 de
gestación. Permite determinar si hay uno, dos o más embriones, conocer la
posición en el útero, escuchar los latidos cardíacos y medir al feto para
determinar si se ajusta al tiempo real de gestación.
También se realiza la medición del pliegue nucal, el
marcador ecográfico precoz más sensible y específico de sospecha de Trismomía
21 o Síndrome de Down.
La segunda ecografía
La segunda exploración por ultrasonido se realiza en la
semana 20 de gestación. Permite confirmar que el crecimiento fetal es correcto,
valorar el latido cardíaco, los movimientos del feto, su morfología y observar
sus órganos internos.
Se comprueba, aunque no con un 100 por ciento de fiabilidad,
si el existe alguna malformación por lo que suele ser una exploración más
exhaustiva y detallada. También se controla el nivel de líquido amniótico, el
funcionamiento de la placenta y del cordón umbilical.
Es muy probable que en esta ecografía se pueda conocer el
sexo del bebé, siempre que su posición lo permita.
La tercera ecografía
La tercer ecografía se suele realizar entre la semana 33 y
35 de gestación. Es ya la útima ecografía antes del nacimiento del bebé, por lo
que sirve principalmente para obtener información acerca de cómo se
desarrollará el parto.
Además de valorar el estado del feto, su crecimiento, los
latidos cardíacos y los movimientos, sirve también para conocer su posición
dentro del útero:si ya está boca abajo, si está encajado en la pelvis, si no lo
está, si está de nalgas, etc.
Como el bebé ha crecido bastante a estas alturas, en la
ecografía se pueden ver sólo partes de su cuerpo.
Ecografía Doppler
No es una ecografía de rutina, pero en algunos casos se
suele realizar una ecografía con técnica doppler. Se utiliza para medir y
evaluar el flujo de sangre que circula a través de las arterias y de las
cavidades y válvulas del corazón del bebé.
Se puede ver el flujo de sangre en color, permitiendo
detectar de forma precoz cualquier anomalía relacionada con el caudal
circulatorio y el funcionamiento del corazón.
También permite evaluar si la circulación sanguínea del cordón
umbilical es la adecuada.
Está indicada para controlar los embarazos en los que la
madre presenta hipertensión, diabetes, problemas en la placenta o el cordón
umbilical, retardo en el crecimiento, sufrimiento fetal, o malformaciones
cardíacas del bebé.
Ecografía 4D
La ecografía 4D (o 3D más movimiento en tiempo real) es una
técnica de lo más de moda últimamente. No suplanta la ecografía tradicional,
sino que la complementa. Es una ecografía que se realiza a nivel privado, por
lo que hay varias cosas a tener en cuenta antes de contratarla.
Desde el punto de vista de detección de anomalías fetales,
no aporta un valor añadido a las anteriores a nivel de funcionamiento de órganos,
morfología, crecimiento del bebé, etc. Puede ser más valiosa para detectar por
ejemplo problemas de la piel o deformidades como el labio leporino o la fisura
palatina.
No deja de ser una prueba de diagnóstico prenatal, pero es
trascendente más que nada desde el punto de vista emocional, ya que permite a
los padres conocer la carita de su bebé. Las imágenes son bastante nítidas pero
no es una foto, sólo permite hacernos una idea de sus rasgos.
Las ecografías 4D pueden realizarse en cualquier momento del
embarazo aunque las mejores imágenes se obtienen entre las semanas 24 y 30 pues
las condiciones son las más adecuadas. La proporción de líquido amniótico y el
tamaño intermedio del bebé permiten visualizarlo mejor.